El gigante azul está de enhorabuena. La compañía tecnológica IBM (International Bussiness Machine) cumple este año un siglo de existencia poniendo como ejemplo la fuerte adaptación de una empresa estadounidense que ya en 1937 había desembarcado en China.
IBM, con sede en Nueva York (EE UU), fue fruto de la unión de otras tres empresas en 1911. Su primer gran hito fue la producción de tarjetas perforadas. Una primigenia tecnología que ayudó a hacer frente a proyectos de gran envergadura, como la creación del censo de EE UU. Estas tarjetas, con un código propio, permitían el manejo de datos y fueron las primeras utilizadas para introducirlos en los futuros ordenadores.
Watson lo predijo
Thomas Watson, que dirigió la empresa haciéndola multinacional, era un visionario. "Creo que en el mundo hay mercado para quizás cinco ordenadores", dijo en 1943, cuando ya producía máquinas de escribir.Un año después, IBM presentaba el primer equipo capaz de hacer cálculos complejos. Después llegaría un sistema de computación, el disco flexible y el estándar de los códigos de barras.
Sin embargo, a la lista de invenciones clave para la sociedad de la información le faltaba sumar una más. Aunque la compañía ya había puesto en marcha grandes máquinas informáticas, aún aguardaba la gran revolución. En 1981, IBM dio con el ordenador personal, un hito al que Bill Gates, fundador de Microsoft, debe aún estar agradecido.